¿Existe algún motivo para que el pequeño comercio se quede atrás frente a una gran superficie? ¿Todo está perdido? La respuesta es un NO rotundo.
Quizá no sea fácil despuntar ante semejante paisaje donde la compra y el ocio se fusionan, pero existe espacio para la esperanza.
- ¿En una gran superficie puedo encontrar de todo?
Cierto, en muchas hay una amplia variedad de productos pero ¿hay de todo?, la respuesta es NO. En ocasiones, de lo que buscamos sólo hay un variedad, a un precio mucho mayor que en una tienda de barrio o nos obligan a elegir su marca.
- Grandes ofertas, ahorro
No existe un establecimiento donde todos los productos sean más baratos. Por ejemplo, la fruta y la verdura suele ser más cara en las grandes superficies.
Además, la visita a un centro comercial, implica que, además de la compra pensada,caeremos en la tentación de comprar cosas que no necesitamos, y siempre llenamos más el carro, por lo tanto pagamos más.
- Más novedades
Las novedades forman parte de las estrategias publicitarias, la palabra ‘nuevo’ es una de las más empleadas a la hora de intentar vender un producto. Y por contra, el beneficio que obtenemos respecto al ‘nuevo’ producto será pequeño. El añadido a novedoso va de la mano de pagar un poco más por la inversión publicitaria en él.
- En una gran superficie me ofrecen ocio, actividades culturales…
Es posible, pero si vivimos en ciudades no muy grandes, es probable que contemos con una amplia oferta de ocio en todos los niveles (niños y adultos) de mayor calidad. Con exhibiciones gratis de películas (por ejemplo) El pequeño comercio puede introducir algún elemento de entretenimiento como concursos, tertulias con café o sorteos. Y si los niños tienen un papel relevante, mejor.
- La atención al cliente, la mejor arma del pequeño comercio
¿Qué mejor ventaja competitiva que la cercanía y un trato exquisito? Los clientes aprecian que se les asesore, la cercanía, un trato agradable y resolutivo. En una gran superficie a veces hay que perseguir al dependiente para que te atienda. Que la profesionalidad quede patente en el negocio.
- Ahorro en el desplazamiento
Para desplazarnos hasta las afueras consumimos tiempo y grandes cantidades de dióxido de carbono. Frecuentar más los comercios locales nos ayuda a reducir el impacto en el medio ambiente que suponen los desplazamientos a los centros comerciales.
- ¿Una compra principal o varias?
La mayor parte de la gente realiza una compra principal una vez a la semana en una gran superficie en la que gasta el 80% del presupuesto familiar. Pero, más de un tercio de estos productos (alimentos) acaban en la basura. Sin una planificación tendemos a comprar demasiado o productos que no usamos.
Sin embargo, al visitar tiendas de barrio a la vuelta del trabajo o en combinación con otros recados, con los que se va llenando poco a poco la despensa de nuestro hogar, se hacen compras más eficientes y podemos consumir alimentos frescos a buen precio, por ejemplo.
Por todo esto, anímate a acudir con más frecuencia al comercio pequeño, tu bolsillo te lo agradecerá y el comerciante también!