La última disposición de 8.700 millones de euros del Fondo de Reserva de las pensiones ha dejado la hucha de las pensiones en poco más de 25.000 millones, frente a los casi 68.000 millones que llegó a tener antes de que los números rojos de la Seguridad Social obligaran al Gobierno a utilizarla.
Aunque el uso de este fondo es habitual desde hace cuatro años para poder abonar las pagas extras de Navidad y verano de los pensionistas, en esta ocasión han saltado las alarmas, porque la disposición ha sido la mayor hasta la fecha, pese a que las fuentes de ingresos de la Seguridad Social (el empleo y los salarios) llevan dos años recuperándose.
Entonces, ¿qué ocurre? ¿por qué el déficit de la Seguridad Social sigue creciendo pese a que hay más empleo y los salarios pactados en convenio crecen por encima del 1%? La razón por la que persiste y aumenta dicho déficit del sistema hay que buscarla, por tanto, no solo por el lado de los ingresos sino también por el de los gastos.
Ante este escenario de gasto, ¿cuánto empleo más haría falta para equilibar las cuentas? Si se tiene en cuenta que la base media de cotización en 2015 fueron 1.783 euros y el tipo de cotización por contigencias comunes –con el que se pagan las pensiones– es del 28,3%, se necesitarían 2,2 millones de cotizantes que aportaran unos 6.055 euros anuales al sistema en ingresos por cuotas.
Pero esta cantidad solo equilibraría un año el sistema porque en los años siguientes el gasto en pensiones seguiría creciendo; incluso cada vez a mayor ritmo a medida que vayan incorporándose a la jubilación los nacidos en el baby boom.
Esto obligará a tomar medidas de ingresos (ya se ha planteado que 24.000 millones de pensiones de viudedad y orfandad se paguen con impuestos o que suban las cotizaciones) y quizás también de gasto, con nuevos ajustes paramétricos en el cálculo de la pensión.
Para el subdirector de Fedea, Ignacio Conde-Ruiz el primer paso que deberán dar las fuerzas políticas para llevar a cabo la próxima reforma del sistema de pensiones será “informar y proporcionar una dosis de realidad a los ciudadanos” sobre la situación de envejecimiento poblacional que hace insostenible el sistema. Una vez dada esta información, debería alcanzarse, en su opinión, “un gran pacto nacional de pensiones”, que decidiera qué modelo de protección social quieren los ciudadanos.
Para este experto, el actual modelo con ajustes es el más adecuado. Sin embargo, denuncia que las últimas reformas del sistema de pensiones llevadas a cabo en 2011 y 2013 “está siendo una reforma silenciosa hacia un sistema asistencial”, al aumentar la base máxima y congelar la pensión máxima. De continuarse con este proceso, Conde-Ruiz calcula que en 2051 el 70% de las pensiones estarían topadas y la pensión media se reduciría hasta un 50% para los trabajadores más cualificados.
Fuente: Cinco Días