Hoy comienzan en la mayoría del territorio nacional el colegio los más pequeños. Ello conlleva que algunos de ellos tendrán sólo unas horas al día, otros en cambio estarán el día completo…, todo ello supone una alteración en la jornada laboral de los empleados, pero…¿Están las empresas preparadas para que sus empleados puedan afrontar ésta situación?
Los problemas para conciliar la vida personal y la familiar, son una de las principales causas que pueden afectar al rendimiento laboral, especialmente en estas fechas ya que padres y alumnos no coinciden en horarios.
El comienzo de las reuniones escolares, las clases extraescolares, o la necesidad de usar el aula matinal, provoca un coste extra a las familias, y supone que los empleados sometidos a un horario rígido y estricto acaben agobiados por la incompatibilidad laboral.
Una buena fórmula para acabar con esto sería flexibilizar en la manera de lo posible la hora inicial y final de la jornada de trabajo, o incluso hacer turnos de trabajo reales atendiendo a las necesidades de la plantilla. Lo cierto es que, las empresas que ayudan a sus empleados a flexibilizar su jornada, están mejor valoradas y como consecuencia de ello, los empleados más motivados y más implicados con la empresa.
Por supuesto que, en el caso de los empleados sin hijos, también se podría hablar de reorganización del trabajo y de la jornada, de forma que toda la plantilla esté en igualdad de condiciones.
Todo ello supone, a largo plazo, un aliciente para captar talento en las empresas, lo que beneficiará a las empresas frente a sus competidores.